Felipe VI
protagonizó en Nochebuena su segundo comunicado navideño en función de Rey.
Palacio de la Zarzuela, Madrid / Casa Real |
El tradicional discurso se centró en una llamada al acercamiento y flexibilidad entre las
fuerzas políticas después del dividido resultado en las urnas. El monarca insistió
en la necesidad de consenso para formar un gobierno estable y eficaz.
La economía
también copó gran parte del mensaje destacando que es una prioridad para todos
los españoles. El rey aludió al trabajo de los órganos institucionales en su
deber de recuperar la tranquilidad y estabilidad económica de las familias. No
se olvidó de la sanidad y la educación pidiendo a las autonomías incentivar la
inversión en las prestaciones sociales.
Por otra
parte, Felipe VI apenas nombró los múltiples casos de corrupción que han
asolado al partido del Gobierno. Tan solo hizo mención a ella exigiendo a la
clase política que las demandas de rigor e integridad exigidas por los
ciudadanos, sean llevadas a cabo.
En un
discurso que fue visto por 6 millones de espectadores, uno menos que el año
pasado, el monarca no pasó por alto la amenaza yihadista. Citó a la comunidad
europea como ejemplo de valores democráticos y resaltó la labor de las fuerzas armadas en su
esfuerzo por preservar la paz.
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